La habilidad de crear

Hace un tiempo me di cuenta que los deportistas a los que admiro tienen algo en común. Es Dick Fosbury cambiando el paradigma y saltando de espaldas o aquel flaco holandés dándole la vuelta al modelo de juego en el fútbol.

Hay algo en las personas que ven las cosas de forma distinta que me hace admirarlas. Los que tienen claros sus “para qué” y diseñan sus “cómo”. Los que sorprenden, no por la distancia sino por la forma de saltar.

Nunca creí que añadiría a una esgrimista en mi lista. En realidad, la presencia de la esgrima en mi vida se reducía a ver algún asalto en los juegos olímpicos (y esto es un pasado no muy lejano). Pero es que María Mariño te arrastra a la fencing life hasta que te descubres a ti misma pensando en las espaditas 24/7.

Y creedme, si eso me pasa con un deporte, hay dos cosas que están muy claras: ya no hay vuelta atrás y existe un criterio definido.

No admiro a María Mariño por ser la number one (que también). La admiro de la misma manera que admiro a Johan Cruyff: por la esencia y no por el resultado.

Es su pasión por su deporte y el “joga bonito”. La visión y el pensar más allá. Por su perseverancia y la capacidad de trascender.

Porque María Mariño es esgrima, pero la esgrima también es María Mariño.

Tiene la capacidad de marcar más allá del resultado. Como si sus tocados fueran permanentes. Es memorable, relevante, algo parecido a la épica.

Por eso no hay ningún metal que defina su rendimiento.

Y a veces, la victoria es lo único que cuenta, pero si abrimos la perspectiva, esta temporada ha volado sobre las chapas. Y qué bonito es ver cómo avanza cada vez más. Más rápido, más fuerte, más lejos.

Y mientras continúa perseverando (porque así es, una guerrera), yo seguiré aquí, como amiga siempre, como psicóloga si me necesita y como fan aunque no lo quiera. Escribiendo sobre ella, igual que escribo sobre los grandes atletas a los que admiro.

De aquí a China (a Wuxi)

Admiro a los deportistas que trascienden, cambian y crean. Esa es la verdadera victoria.

Gracias María, porque he descubierto que me gusta la esgrima. 


Sígueme en:

 

Deja un comentario